Nací en Barcelona en 1980 (echad cuentas) aunque me crie en un pueblo de los alrededores, de apenas 2.000 habitantes.

Hay muchas personas que desde muy jóvenes tienen claro lo que quieren ser de mayores, aquello que les motiva, ese sueño que perseguir y por el que luchar. No era mi caso. Durante muchos años he ido buscando ese algo sabiendo que estaba ahí, que estaba cerca, pero sintiéndome incapaz de encontrarlo. Ese hecho hizo que estudiar no me motivara, muchas cosas llamaban mi atención, pero ninguna lo suficiente como para dedicarme a ella. Llegué a empezar los estudios de hasta tres carreras diferentes, pero en ninguna encontré ese algo, sintiendo envidia sana por los que sí lo hacían.

Eso cambió a mediados de 2017, cuando después de tener un sueño, sí, has leído bien: un sueño. Soñé algo, algo que para mí, y por el momento en el que me encontraba entonces, fue muy relevante, tanto, que sentí la necesidad de escribirlo, de plasmarlo en un papel… Gracias a eso descubrí ese algo, esa cosa que te motiva y hace que las horas pasen volando cuando la estás haciendo: escribir.

Cuando comencé a escribir mi primer libro me di cuenta de que eso era lo que realmente me fascinaba. Puedo pasarme horas y horas perdida entre las teclas, disfruto creando historias, dando voz a personajes que solo existen en mi cabeza, creando situaciones y resolviéndolas como a mí me parece. Básicamente esto es lo que soy, alguien que estuvo perdida durante más tiempo del que le hubiera gustado, pero que, aun así, nunca dejo de buscar.