Esta duda me asaltó cuando fui a escribir mi primer libro. No tenía claro si debía narrar la historia como si fuera una espectadora que lo ve todo desde fuera, o si era mejor hacerlo a través de la piel de una de sus protagonistas.
¿Qué es mejor?
Si tuviera que responder a esa pregunta diría que la respuesta depende mucho de quien escribe la historia. A mí la duda me entró porque era una historia ficticia, si hubiera sido un hecho real tenía claro que lo haría en primera persona, pero en ese caso dudé mucho, y como no tenía experiencia lo que hice fue buscar los últimos libros que me había leído de ese estilo y ver cómo estaban narrados. En tercera persona todos, así que eso fue lo hice y ahí estuvo mi error.
Tanto el libro Encubierta como el de Descubierta los narré así, y no voy a decir que me arrepienta porque me gusta mucho como están, incluso escribí un tercero desde esta perspectiva: Tan lejos, tan cerca. El problema era que yo no me acababa de sentir del todo cómoda desde esa posición, me costaba mucho describir los sentimientos de las protagonistas y también ciertas situaciones, así que cuando llegó el momento de escribir La borde y dulce Lai, decidí cambiar de registro y probar a hacerlo contando la historia a través de su protagonista: Lai.
Ahí me di cuenta de que no solo me sentía muy cómoda escribiendo, sino que me era mucho más fácil contarlo todo si me ponía en la piel de los personajes. Desde entonces todo lo que he escrito lo he hecho en primera persona, y tengo claro que así es como seguiré escribiendo.
Conclusión
No digo que esto sea lo correcto o lo mejor, es solo la opción que yo he elegido. Vuelvo al principio de este artículo y me reitero en que depende mucho de la persona que escribe, igual que yo me siento más cómoda en primera persona, hay quien solo se siente así de bien narrando en tercera. Creo que al final eso es lo más importante, que quien escribe la historia lo haga desde una posición en la que todo le resulte más fácil, porque eso mejora el resultado final y con ello la calidad de lo que llega a manos del lector.
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