La pregunta del millón: en mi opinión nunca. En cualquier revisión siempre aparece algo por insignificante que sea, pero en algún momento hay que parar y decir hasta aquí o no lo publicas nunca. Así que lo que intento es que en ese momento el libro esté revisado por varios pares de ojos y utilizando todos los recursos posibles.
Estos son todos los pasos que doy yo antes de dar un libro por bueno.
Mientras lo estoy escribiendo
Primera beta
Cuando empiezo un libro nuevo lo primero que hago es enviárselo a una amiga por capítulos conforme los voy escribiendo. En este caso no me busca errores de ortografía (salvo que vea algo que le dañe la vista) aquí lo que hace es darme su opinión sincera, y cuando digo sincera es sincera.
Si se lo envío es precisamente porque no tiene pelos en la lengua ni va a adular mi trabajo solo porque somos amigas. Si algo no le gusta, no se entiende, se puede expresar mejor, sobra, falta o está bien, me lo dice sin tapujos. Básicamente porque esa amiga es Yasmina Soto y la criatura no se corta ni un pelo 🙂
Eso me sirve para ver si voy bien y estoy consiguiendo transmitir lo que quiero. A veces incluso me ayuda con la trama, porque en esos momentos que quieres contar algo, pero no ves el mejor modo de hacerlo o simplemente te encallas, va bien tener a alguien con otra fuente inagotable de ideas que te diga: ¿y si haces esto?
Otra cosa que hago a la vez que escribo es tener en cuenta las sugerencias que me hace el corrector de Scrivener en algunas palabras. Unas veces no son nada, algunas alternativas a lo que has puesto o que simplemente no reconoce la palabra y te la marca como error. Pero otras son errores absurdos, la palabra mal escrita porque has invertido el orden de las letras o porque te has dejado una. En fin, lo que sea hay que mirarlo.
Una vez finalizado el libro
Primera lectura
En este caso lo primero que hago es volver a leerlo yo misma. Aquí, además de asegurar que no hay fallos en la trama, que cada cosa se cuenta en el momento correcto y buscar errores, lo que suelo hacer siempre es añadir más, sobre todo en los capítulos del principio, ya que conforme he ido avanzando en la historia hay cosas que se van definiendo cada vez mejor y todo eso me gusta reflejarlo desde el inicio.
Editor de Word
Una vez me doy por satisfecha y todo está como quiero, entonces utilizo el editor de Word, que no es infalible pero detecta infinidad de cosas que te dejan con los ojos muy abiertos. Hago caso a las sugerencias una por una a pesar de lo tedioso que puede resultar esto según la cantidad de palabras que hayas escrito. Y una vez termino, entro de nuevo en el editor, esta vez en la configuración, y desde ahí le pido que vuelva a revisar. Desconozco el motivo, pero cuando lo hago utilizando esta opción vuelve a encontrar más cosas que no ha encontrado en la primera revisión.
Stilus
El siguiente paso es pasarlo por Stilus. Es otro corrector, en este caso de pago (aunque es perfectamente asumible su coste). Este corrector en mi opinión es inferior al anterior, al menos por ahora, pero aun así encuentra muchas cosas que no detecta el editor de Word, por lo tanto se complementan y juntos resultan muy útiles.
Betas
Aquí ya estoy en una fase en la que el libro está como quiero, ha pasado mi primera revisión (que no cuenta mucho porque al sabérmelo de memoria es muy complicado ver ciertos errores) y la revisión de los dos correctores. Así que lo siguiente es pasárselo a una lectora beta, y aquí sí que buscan errores de ortografía, páginas en blanco y cualquier cosa extraña que pueda aparecer, como una vez que estaba revisando con mi perro encima y al parecer él quiso echarme una pata y acabó introduciendo caracteres en el texto sin que yo me diera cuenta…
La primera beta siempre es mi novia (experta en detectar palabras que faltan o que tienen letras cambiadas y en reírse de algunas expresiones que utilizo) cuando ella termina, corrijo todo lo que me ha comentado y se lo paso a la segunda, y después a una tercera.
Una vez hecho todo lo descrito hasta ahora me olvido del libro durante unos cuantos meses, hasta que decido que ha llegado la hora de publicarlo y entonces lo cojo de nuevo. En ese tiempo se me han olvidado los detalles y me es más fácil encontrar el típico error que se nos ha pasado a todas en las fases anteriores.
Después de publicar
Esto suena raro, pero sí, yo soy de las que por ejemplo un año después de haber publicado el libro, lo vuelvo a leer y si encuentro un solo fallo, lo vuelvo a maquetar y lo subo de nuevo.
Eso todo lo que hago yo por ahora, si después de esto encontráis algún error solo puedo pedir disculpas.
Y desde aquí pido a cualquiera que lea este artículo que si tiene o utiliza algún otro recurso que sea útil, que me lo diga 😊
En general, los errores más frecuentes que he detectado en libros con personajes principales con orientaciones homosexuales, incluidos los tuyos, son escribir aureola en vez de areola, la confusión con el uso de acentos diacríticos y el abuso de acentos suspensivos. No digo que todos tus libros tengan esa amplia gama de incorrecciones, pero quizás puedas contar con una última revisión previa a la publicación por parte de una profesora de gramática y lengua española, una filóloga en lengua hispánica, una editora de alto caché o una friki obsesionada con estos aspectos.
Debo decir en tu defensa que eres, junto a Emma Mars, de las que menos erratas deja pasar.
Muchas gracias, Rosa,
Tomo nota de esos errores para las siguientes revisiones 🙂